miércoles, 7 de abril de 2010

TONY Y SUS POEMAS



Hola amigos. Me llamo Tony Macatony y soy uno de los mejores escritores de mi época, muy conocido.
Vivo en el planeta L- 888, Estado de los sentimientos, Aldea de los cuentos, C/¡Viva los libros!, Nº 8 y estamos en el año 947, pero el avance tecnológico es igual que ahora en la Tierra y mucho menor que en Neptuno.
Bueno, vallamos al grano, os voy a contar mi historia...
Era un 12 de Febrero normal y corriente, cuando en la televisión de la aldea anunciaron que un malvado ladrón había robado tres palabras: amor, te y quiero.
Al enterarme casi me da un infarto...¡Pasado mañana era el 14 de Febrero! No sabía que íbamos a hacer para recuperarlas, pero había que pensar algo y pronto.
Al cabo de unas horas, aparecieron por allí varios agentes secretos de la CIA registrando todas las casas en busca del ladrón.
Allí conocí a Sonya Secrets un agente secreta de la que me hice amiga enseguida.
Lo que me contó fue como para tirarse de un puente...¡El ladrón era Rufo Roba! Uno de los más entrenados ladrones del estado.
Mientras Sonya me contaba esto llamaron a la puerta...(ya no gano para sobresaltos)¡Era Adolfo Pi, el sherif de la aldea!
Me dijo que todos necesitaban mi ayuda porque yo era el que más sabia de palabras y letras del pueblo, pero que sería el presidente en persona el que me lo comunicaría. Sonya me dijo que estaría en todo momento a mi lado. Cuando llegó Adolfo Benítez ya estaba todo preparado: un despacho para hablar a solas y un helicóptero listo.
Me dijo que lo que tenía que hacer era intentar recopilar las palabras que habían robado en poemas, novelas y cuentos en la mayor cantidad posible.
Estuve toda la noche escribiendo lo primero que se me pasaba por la cabeza con esas palabras. Al mediodía siguiente terminé cien páginas de cada cosa.
Y me dormí.
Cuando desperté Sonya estaba atada y amordazada, y Rufo estaba con mis libros en la manos. Lo había pillado con las manos en la masa.
Cogí el flexo y se lo estrellé en la cabeza.
Se desmayó.
Rápidamente llamé a todos los dignatarios policiales de la aldea, pero antes desaté a Sonya que me dio un abrazo...¡Había funcionado! Las palabras amor, te y quiero eran libres de hablarse en nuestra gran lengua...EL ESPAÑOL.
Después, yo y Sonya nos casamos al siguiente día, el 14 de Febrero del año 947.
Y, perdonad que lo diga, pero fuimos felices y comimos perdices.


Si queréis saber uno de los poemas de Tony...¡Ahí va uno!
Si no hubiera amor
no habría amantes,
Si no hubiera amantes
no habría ningún “te quiero
el 14 de Febrero,
¿y si no hubiera palabras?
eso, tranquilos, yo lo arreglo.

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