miércoles, 7 de abril de 2010

ENCONTRANDO LAS PALABRAS PERDIDAS

En un pueblo, no muy grande ni muy pequeño de Sevilla, vivía un chico llamado Raúl. Era un joven de 13 años que llevaba una vida normal y corriente. Un 7 de abril de 2010 Raúl se despertó, fue a ver a su madre y le dijo:

- Hola mamá, buenos días.
- Hola hijo ...
- ¿Te pasa algo?
- No, nada Raúl.

Entonces Raúl empezó a pensar ...

Aquí pasa algo raro, siento como me falta algo.

Raúl salió a la calle y noto que el día estaba algo raro, sentía como que faltaba algo, la gente en la calle no se saludaba, ni se hablaban, hasta que vio a un chico.

Su cara le era muy familiar, como si lo conociera de antes.

Lo vio pensativo y distraido, así que fue y le dijo;

- Hola. ¿Cómo te llamas?
- Yo...Antonio. ¿Y tú?
- Yo, Raúl.
- Oye Raúl...
- ¿Sí?
- ¿Nos conocemos de algo...? Porque tu cara es la única que no me parece extraña en todo lo que llevo de día.

Raúl sintió algo raro, que le parecía extraño y al mismo tiempo le parecía haber tenido toda la vida.

- Vaya, yo había pensado lo mismo.
- ¿Tú también sientes que falta algo?
- Sí, ¿quieres venir conmigo a ver qué pasa?
- Vale.

Raúl y Antonio fueron por la calle y vieron que al mundo le faltaba algo, al mundo le faltaba alegría y simpatía.

- Todo está tan triste...
- Sí, estoy cansado de caminar.
- ¿Te apetece tomar algo?
- Sí, vamos...
- ...
- ¿Qué te pasa Raúl?
- No sé... hay algo que quiero beber pero no lo encuentro.

Raúl y Antonio se quedaron extrañados.

- Verdad, aquí falta algo.
- El mundo parece tan vacio...

Antonio se puso triste, y Raúl le dijo:

- Sabes... de pequeño me gustaba ir a esa colina. Dijo Raúl emocionado.
- ¿Te apetece subir?
- Sí, me gustaría.

Los dos empezaron a subir la montaña y cuando llegaron vieron algo..., algo que les pareció desconocido y al mismo tiempo conocido.

- Oye Raúl, ¿qué árbol es ese?
- Me parece que ya lo he visto antes.

Una voz ronca salió detrás del árbol y apareció un viejecito riéndose.

- Este árbol es un limonero, da un fruto llamado limón.
- ¿Cómo sabes eso?
- En verdad tú también lo sabes, lo que pasa es que no te acuerdas.
- Sí, pero el mundo está muy extraño, no hay alegría.
- Je je je je.
- ¿De qué te ríes?
- No hay amistad, ni amor, porque yo no quiero.
- ¿Y eso?
- Yo nunca recibí amor ni amistad. Entonces usé el poder de estos limones especiales para que las palabras amor y amistad desapareciesen, pero a cambio tenía que desaparecer la palabra limones, total ...nunca me gustaron.
- ¿Por qué haces algo tan horrible?
- Porqué yo nunca recibí amor ni amistad.

Raúl y Antonio no podían creer lo que oían, que una persona hiciese algo tan horrible porque no recibía amistad ni amor.

- ¿Crees que alguien que piensa tan mal como tú puede recibir amor o amistad?
- ...

El anciano se quedó pensativo.

- De acuerdo, tú ganas, devolveré las palabras amistad y amor, pero ... ¿qué ganaré yo con eso?
- Cada día empezarás a ser mejor persona y algún día encontrarás lo que más buscas.
- Gracias chicos. Dijo el abuelo sonriendo. Me habéis abierto la mente. Siendo tan egoísta como he sido no se va a ninguna parte.

Entonces el abuelo retiró la maldición y otra vez volvieron las palabras amistad, amor y limones. Al momento de ser retirada la maldición Raúl y Antonio recordaron las palabras y que eran amigos, es por eso que al verse no se sintieron desconocidos.

Días más tarde...

- Oye Raúl.
- ¿Sí?
- ¿Qué crees que ha pasado con el viejecito?
- No lo sé, solo espero que haya encontrado el amor y la amistad. Dijo sonriendo mientras los dos se tomaban un vaso frío de limonada.

Fin

Autor: Alejandro Serrato

No hay comentarios:

Publicar un comentario