martes, 19 de enero de 2010

La música del mar

El hermoso canto de las ballenas
llena de alegría el mar,
delfines,peces y pulpos
bailan un hermoso vals.
Las sirenas entonan un hermoso cantar.
Todas las conchas cobran vida
y salta sin cesar,
y a mis oídos llega la música del mar.

Un magico estanque.

Mar, maravilloso y profundo estanque,
contigo voy a pasar
un día nadando
por todo tu litoral.
Empiezo a bucear,
es un mundo irreal.
Veo un sinfín de colores
que no alcanzo a expresar.
Peces de varios tamaños,
estrellas, erizos y caballitos de mar.
Todos ellos viven juntos,
cantando una melodía,
con burbujitas saliendo de sus bocas,
con sus aletas bailando,
y entonces pienso
lo maravilloso que sería el no tener que respirar,
para poder observarlos
y pasar buenos ratos,
en su compañía nadando.
Tengo que subir a tomar aire.
Mi madre se encuentra en la orilla,
grita mi nombre,
y en ese momento,
me doy cuenta,
de que es hora de regresar,
de que aunque me duela,
es hora de volver al mundo real.

El mar

El mar azul y claro
bello como una flor
y a la vez dulce y salado.
Con gracia se mueven sus olas
a la vez que la marea
sube y baja a todas horas.
En el atardecer el reflejo de sol
hace brillar todo su esplendor,
como cristales rotos
se ven en el agua
una capa fina y delicada.
Saltan peces, delfines,
caballitos de mil colorines.
Tortugas de mar,
dichas a encontrar
un mundo ideal,
pero si donde viven
ya es especial.
Dentro se encuentran un millón de fantsías
para niños pequeños y mayores
adultos no muy juguetones.
Abajo se encuentran corales
algas y animales.
A las estrellas del cielo
que no le gusta aquello,
bajan como locas
para brillar en el mar como una sola.
Si el mar no es lo más bello
dime tú,
¿qué es mejor que aquello?

En el mar ...

En lo más abajo del mar
viven peces de color coral.
Unas plantas muy bonitas
las quiero saludar .
Inmensas conchas hay en el mar ,
suben y bajan en toda la eternidad.
Caracolas y caballitos de mar son los que viven
en el fondo del mar .

Las caras del mar...

Mar, mar azul o verdemar.
Mar de ideas,
mar de playa,
mar de luz,
o mar de agua...


Mar, como mi amiga Ana Mar,
aunque ella,
delante lleva,
una bonita "A",
que una "N" acompaña,
y otra "A" cierra esta hazaña


Mar, como sobre lo que trata
la poesía
que ha hecho
que esta tenga que inventar.
Por Alfonsina está hecha.
Ella en suiza nació,
pero en argentina murió


Mar, que en sus ratos libres,
se pasea por la playa.


Mar, que en verano,
se llena de niños jugando.


Mar, que ha dejado prendados,
a muchos poetas,
que en libres sus ratos,
paseaban por ella.
Alberti, que no pudo ver el nuevo siglo,
pobre chiquillo...
Alfonsina, que señora mas divina,
también sucumbió a su hechizo,
el de la mar,
que te arrastra sin cesar.

lunes, 18 de enero de 2010

La noche inesperada...!

Me llamo Ana y tengo 14 años, soy una niña un poco vergonzosa y traviesa.

Estaba yo , durmiendo la noche del 17 de marzo en mi cama , muy tranquila y sin esperarme nada que pudiese ocurrir. De repente abro los ojos , miro el reloj y eran las dos de la madrugada, me encuentro la mesa de noche moviéndose , la estantería temblando y la lámpara en el suelo, asustada y muy intranquila.

Me tapé rápido con la sábana esperando si pasaba todo lo ocurrido . Cuando creí que todo había pasado , me levanté a por un vaso de agua , estaba sudando. Cuando estaba cada vez más cerca de la cocina escuché unos sonidos que me obligó a coger el vaso de agua rápido e ir corriendo a mi habitación . Llegué y las ventanas se abrieron con el fuerte viento y la tormenta que hacía , todo apareció que acabó .Pero no fue así , volvió a pasar , el miedo , el movimiento de objetos , el temblor me perseguía una vez más...

Parecía que se me iba a caer la habitación . Eran ya las tres y media , se me quitó el miedo y logré dormirme.

Cuando ya eran las siete y media , sonó el despertador , no quería abrir los ojos por lo que pudiera esperarme.

Decidí abrirlos , toda mi casa estaba por los suelos , la recogí y me tranquilicé porque aún estaba nerviosa . Todo el día preparada por si algo sucedía pero no , hoy después de un mes no ha pasado nada ¡ No quiero hablar muy fuerte!

jueves, 14 de enero de 2010

Diario de un niño marginado

Os recomiendo esta pagina wed donde un niño nos cuenta su vida de colegio:
recuerden: http://diariodejuanchoborrego.blogspot.com/
A mi me gusta todos lo de 1ºc le conocen haber si adivinais quiuen es.

miércoles, 13 de enero de 2010

Mundo poesia

Estimados compañeros:
Os quería comunicar que hay un página wed llamada mundo poesía para los poetas de la clase.
En ella puedes encontrar poesías de muchas personas no famosas algunas son muy bonitas otras no tanto pero vale la pena mirar.
Mi abuela Capasa ha escrito en ese página wed podéis mirar sus poesías si quereis.
Lo que mas me han gustado han sido las breberías haber si podemos hacer algunas entre toda la clase.
Recordad: http://www.mundopoesia.com/

Un cordial saludo:
Cruipei

Un despertar horroroso.

Buurrbom!

Iván se despertó, un horrible estrepito de un terremoto despertó a Iván de un sueño profundo.

Alguien llamó a la puerta.

-Toc, toc.

Abrió la puerta, un gran hombre de roca maciza, con los ojos azules, sin pelo, con dientes brillantes como perlas, labios de color marrón y para vestir una gran chaqueta con unos grandes pantalones a juego.

Estaba en la puerta de su casa un miedo horroroso llamó a su alma.

-¿Quién es usted? ¿Qué quiere?- le preguntó Iván tartamudeando con un miedo enorme.

-Soy Terremoto el Dios de la tierra y te venía a preguntar que si quieres que algún monumento te cree en este mismo instante- dijo Terremoto.

-Bueno ya que lo dices me gustaría que hubiese un parque al lado de mi casa- dijo Iván como pidiéndole un favor, pero a la vez sabiendo que nada de eso podía suceder.

Entonces Terremoto levantó la mano y unos temblores de tierra hicieron estallar mi chimenea. Los trozos de chimenea cayeron en la acera de la casa de Iván y un parque enorme se alzó a su lado.

Cuando Iván vio lo que pasó se quedó mudo y le preguntó:

-¿Cómo has hecho eso? – le dijo Iván.

-Ya te lo he dicho soy el dios Terremoto, dios de la tierra.

-¿Hasta cuándo puedo pedirte que construyas cosas que yo te pida? – le preguntó Iván interesado.

-Hasta mañana a las doce en punto - le contestó.

Sin vestirse ni peinarse salió a la calle.

Iván llevaba el pijama que le regaló su madre el año pasado, con calcetines de rayas de colores a juego con el pijama y unas zapatillas con forma de perro.

Los pelos los tenía todos enredados aunque en realidad tenía el pelo corto pero los llevaba tan despeinados que parecían enredados y cuando salí.

-¿Cómo te llamas? – le preguntó Terremoto a Iván.

-Iván – le contestó.

-Creo que vamos a ser muy buenos amigos – le dijo a Iván con una sonrisa tenebrosa.

Lo primero que pensó era que tenía miedo de Terremoto, entonces arrancó un ladrillo de su casa y se lo guardó en el bolsillo porque ya a su edad, los 25 años, sabía lo que podía pasar si te vas con un desconocido.

Al final decidió ir se con el ladrillo en su bolsillo.

-Quiero una piscina de agua caliente de olor a agua de mar como si fuese una piscina olímpica con botón para burbujas incorporado – deseó Iván.

Terremoto alzó la mano nuevamente y por arte de magia su tejado se desvaneció y en su lugar detrás de la casa de Iván apareció la piscina.

Contento fue a su casa y se puso el bañador.

Como era de madrugada hacía frío para meterse en el agua pero como era caliente se introdujo sin ningún problema.

El agua olía a una fresca brisa de mar, un olor que le recordaba cuando iba de pequeño a veranear a Cádiz con sus abuelos y sus padres.

Allí jugaba con la vecina de la casa de su abuela, porque su abuela era la propietaria de la casa de la playa.

Con aquella chica jugaba horas y horas, a hacer castillos de arena, a jugar a la pelota dentro del agua y a su juego preferido las paletas de la playa. Aquella chica se llamaba Ana, ahora Iván no sabe donde está ni como estará pero él espera que se vuelvan a encontrar.

Después de haber disfrutado de un baño corto de diez minutos Iván se salió del agua y corriendo fue a cambiarse de ropa.

Iván se puso el pijama ya se le había olvidado que llevaba el ladrillo en el bolsillo, pero ya le daba igual porque en ese momento se empezó a fiar de Terremoto.

Cuando Iván llegó al lugar donde se encontraba Terremoto se acercó a él y le dijo:

-Quiero que me construyas un castillo, el más grande de todos.

Así que Terremoto alzó la mano y la primera planta de la casa se esfumó y al lado de la piscina apareció el castillo más grande que os podáis imaginar.

El tejado era de oro las ventana de diamante cortado en finas y translucidas láminas en forma de cristal y la puerta de caoba tallada a mano.

Pero el exterior del castillo no era nada comparado con el interior.

Cuando entré, Terremoto me fue explicando de que estaba hecho todo lo que había en la casa.

-El sofá es de cinco metros de largo esta hecho de plumas de pavo real y está forrado con una lámina de oro macizo finísima pero resistente – dijo Terremoto.

Iván se quedó sorprendido y rápidamente saltó en el sofá, el sofá era tan blando y esponjoso que al saltar Iván llegó a la primera planta.

Allí se encontró un vestidor muy grande, el más grande que os podáis imaginar. Terremoto dio a Iván un mando como de la televisión pero de oro blanco y como de botones diamantes y rubíes.

Terremoto dijo dale a un botón e Iván le dio a uno de los tres botones y se abrieron todos los armarios que contenían ropa. Iván se quedó fascinado y sin esperar a Terremoto le dio a otro botón. De repente se abrieron un montón de cajones. Los cajones contenían un montón de zapatos todos de un color y formas diferentes.

Después de probárselos todos, Iván le dio al último botón y los cajones estaban vacios, no contenían nada y Terremoto le dijo lo siguiente:

-Estos cajones están vacios para que las cosas nuevas que compres, las puedas guardar aquí – dijo Terremoto como si lo hubiera dicho improvisando.

Iván bajo y salió a la calle para seguir pidiendo cosas, pero justo antes de que abriese la puerta llamaron al timbre.

Iván abrió la puerta y era una vendedora de productos de cosméticos.

-Hola me llamo Ana - Dijo Iván se sorprendió.

-¡Eres Ana, Ana Ruiz! - dijo contento.

-Sí, ¿Por qué?-Pregunto Ana.

-Yo soy Iván, Iván Villegas López de la playa de Matalascañas - dijo Iván.

-¡Hola Iván! Ya me acuerdo de ti, de cuando jugábamos hacer castillos de arena en la playa.

¡Qué bien nos lo pasábamos! - dijo Ana recordando.

-Bueno ¿Qué querías? - dijo Iván.

-Soy vendedora de cosméticos y te quería preguntar si querías comprar algún cosmético de mi compañía-pregunto Ana.

-No, gracias. Pero te gustaría pasar a dentro de mi casa.-dijo Iván.

-No, gracias tengo que seguir trabajando-dijo Ana disgustada.

-Pero si son las una de la madrugada-dijo Iván riéndose.

-Ya, pero mi jefe es muy insistente y no puedo parar de trabajar hasta las cuatro de la tarde-dijo tristemente.

-Bueno pero ahora está dormido, así que puedes pasar sin problemas dijo Iván.

-De acuerdo entrare – dijo Ana.

Así que Ana entro e Iván contento fue a esconder a Terremoto, pero antes de que Iván hubiese podido esconderlo Ana lo vio.

Ana asustada por ver un hombre de roca gigante se fue corriendo hacia la puerta y entonces Iván lo cogió y le dijo que no se asustase, que era un amigo suyo que concedía deseos, que podía construir lo que Iván quisiese.

Ana no se conseguía calmar pero a medida que Iván le iba contando se ponía cada vez más nerviosa.

Después de un rato se fue tranquilizando e Iván le quiso hacer una demostración de cómo Terremoto le podía conceder deseos.

Así que Iván acompaño a Ana y a Terremoto fuera de la casa.

Cuando estuvieron fuera de la nueva casa de Iván, dijo:

-Terremoto quiero que me construyas un jardín gigante y cuidado para mi castillo,-dijo Iván.

-Terremoto alzo la mano y la parte baja de la casa de Iván se esfumo y en su lugar rodeando la casa apareció un jardín precioso de grandes dimensiones.

Ana se quedo asombrada por lo que Terremoto había conseguido hacer con solo un movimiento de mano.

A Iván ya se le acabaron los deseos porque su casa ya se le había desvanecido completamente.

Terremoto se rio perversamente e Iván le pregunto por qué se reía así.

-Ja, ja, ja. No creía que sería tan fácil engañar a una persona que tuviese mis mismos gustos y que me hicieses construir cosas que a mí también me gustan y después quitarte todo. Ja, ja, ja, dijo Terremoto.

Iván se dio cuenta que Terremoto le había engañado ingeniosamente.

Así que le dio la mano a Ana y se fueron corriendo mientras Terremoto se reía.

Iván y Ana fueron lejos. Ana invito a Iván a su casa y allí estuvieron hablando durante toda la noche.

Iván recordó el ladrillo que se había guardado en el bolsillo, entonces Iván le conto a Ana todo el plan que le parecía que iba a funcionar, así que Ana llevo a Iván a su nueva casa y se encontraron por el camino con un guardia civil que le s hizo parar por exceso de velocidad.

-¡Que hacéis qué vais tan rápido!-dijo el guardia civil.

-No, nada que tenemos unos asuntos familiares que atender muy urgentes-dijo Iván.

-Bueno, os tendría que poner una multa pero no tengo ganas así que os dejare pasar solo por esta vez - dijo el guardia civil.

-Hasta la próxima - dijo Ana.

Iván y Ana siguieron hasta que llegaron a la nueva casa de Iván entonces se encontraron con Terremoto metido en la piscina de agua caliente con olor a mar, entonces Iván cogió el ladrillo del bolsillo y le dijo a Terremoto:

-Quiero no haberte conocido nunca - dijo Iván.

Entonces todos los edificios que Terremoto construyo se desicieron y poco a poco la casa de Iván se volvió a rehacer y todo volvió a la normalidad.


Iván se desmalló.

Al despertarse se vió en su cama de siempre.
Ana estaba al lado suya sentada en una silla durmiendo a su lado, Iván se levantó cogió una manta y le arropó.

Cuando Ana se despertó creía que todo había sido un sueño, pero al ver en donde estaba y a Iván mirandola, supo que todo aquello había sucedido de verdad.

Descripciones del reloj

Científica
Máquina, instrumento, o aparato que sirve para marcar las horas y medir el tiempo.

Literaria
Encima de la pizarra hay una cárcel, una esfera de la que dependemos, que tiene presos a los números. A veces va despacio, otras deprisa, pero siempre tiene puestos ojos encima, como un famoso de vestido blanco, maquillaje de números, y el pelo plateado.

martes, 12 de enero de 2010

Descripción sobre un cartel.

DESCRIPCIÓN CIENTÍFICA: papel, pieza de tela o lámina de otro material , en que hay inscripciones o figuras y que se exhibe con fines noticieros, de anuncio, propaganda,etc.

DESCRIPCIÓN LITERARIA: los carteles de la clase son de muchos colores, tamaños, formas... Cada uno con un mensaje, pero todos relacionados, con frases que nos ayudan.

lunes, 11 de enero de 2010

Profecías de Tokio.

Hola, me llamo Lucía, tengo trece años y soy de Zafra. Soy una chica bastante simpática y sociable, o eso me ha dicho mi madre.
Estábamos de vacaciones de verano, y me solía entretener yendo a la piscina con mis amigas y jugando a las cartas. Solía ser divertido, pero yo pensaba que me hubiera gustado hacer algo distinto de vez en cuando.
Ese día llegó el siete de julio, cuando mi madre entró saltando en el salón y gritando: “¡Nos ha tocado, nos ha tocado!”. Como acto reflejo mi padre dijo:
-¿La lotería?
Pero después puso una cara rara, y supe que se había dado cuenta de que no estábamos en época de lotería.
-¿Qué nos ha tocado, mamá?- preguntó mi hermano.
Mi hermano se llama Jose y tiene diez años. Es bastante listo, aunque hay veces que pienso que lo es demasiado.
Mi madre nos contó que habíamos ganado unos billetes de avión para ir a Tokio a la siguiente semana. Por lo que fuimos de compras y a la siguiente semana nos metimos en el avión.
Pensé que sería aburrido, ya que nos esperaban doce horas de viaje. Pero tuvo el efecto contrario. Había tele y además mi hermano había metido cartas y juegos de mesa en su mochila de mano, de manera que nos entretuvimos.
Cuando llegamos era de noche, pero lo raro es que no tenía sueño. Cuando pregunté al respecto, me dijeron que se debía a la diferencia de horas. Genial. Al día siguiente iba a tener un sueño increíble, por lo que iba a parecer un zombi andando por las calles.
Ocurrió justo lo que pensé, pero por suerte no durante mucho rato, ya que cuando íbamos a salir del hotel nos encontramos al director, un hombre alto, delgado, amable y sonriente, que me dio a oler un líquido, que al principio era suave pero que al atravesar las fosas nasales se convirtió en un olor tan fuerte que me despejó toda la cabeza.
Una vez despierta, fuimos al centro de Tokio, un lugar con muchas e increíbles tiendas y restaurantes.
Pasamos al lado de una tienda de ropa, y en cuanto vi las expresiones faciales de mi madre supe que se iba a llevar allí un buen rato. Justo en ese momento vi una librería al final de la calle, por lo que le pedí permiso a mi padre y me escapé a la tienda de libros antes de que mi madre me viera.
Me fui a la parte de los “libros juveniles” . De pasada vi un libro que me llamó la atención. Se encontraba en la sección “libros del mundo” y se titulaba “Profecías de Tokio”. Me acerqué al dependiente y le pregunté si podía alquilar el libro. Como me dijo que si, me lo llevé.
Encontré a mi madre comprándose ropa cuando volví. Nos llevamos en el centro todo el día.
Por la noche empecé a leer el libro. Me fui a la página en la que comenzaba a hablar sobre tesoros. Leí muchas cosas, pero no me creí nada, hasta que llegué a una historia en la que decía que el día diecisiete de julio a las nueve de la mañana tendría lugar un terremoto en el que se abriría una grieta al este de Tokio, en un lugar donde solo había campo. Curiosamente, faltaban dos días para que sucediera, pero como había hecho con las otras historias, no la creí.
Al día siguiente fuimos a ver monumentos y a visitar un poco la ciudad, también devolví el libro. Y me fui a la cama como el día anterior, pero no me desperté igual.
Todo temblaba. No me lo podía creer, eran las nueve de la mañana del día diecisiete de julio. Sé que debería estar asustada por el terremoto, pero me sentía entusiasmada, ya que en el libro también ponía que en el interior de esa grieta, había un tesoro. Saqué de mi mesita de noche un mapa, y miré el lugar.
Salí corriendo de la cama, y obligué a mi padre y a mi madre a llevarme a aquel sitio.
Efectivamente, había una grieta, pero más bien era una mini grieta.
Cuando paramos con el coche y salí corriendo hacia ella, mis padres salieron corriendo detrás de mí, y me hubieran detenido si no fuera porque, el suelo se hundió debajo de mis pies y caí en una pequeña y oscura sala. Le pedí a mi hermano una linterna. Sabía que él tenía una, ya que siempre la llevaba en su mochila por si acaso.
Cuando la encendí me quedé boquiabierta. Como decía el libro, ahí había un tesoro. Pero lo que no decía el libro, era que ese tesoro había pertenecido a un samurai. Lo deduje debido a que junto a ese oro, estaba su traje.
Después de recuperar el sentido común y poder pensar, me ayudaron a salir de allí.
Mis padres llamaron a los policías y ellos se encargaron del aquel tesoro. No sé que harían con él, pero yo estaba feliz, ya que por una vez la rutina de siempre se rompió, y además recibimos parte del tesoro.
Los dos días que nos quedaban en Tokio, pasaron sin más incidentes, y cuando volví a Zafra, por raro que pareciera, me alegraba de estar en casa.