martes, 16 de marzo de 2010

Acechando al peligro


- Abuelo Jack ¿cómo te hiciste esa enorme cicatriz que tienes en la cara?
- Ay Jorge, esa es una historia muy larga.
- No importa abuelo, tengo todo el tiempo del mundo.
- Bueno pues, prepárate. Era una noche como esta, estaba nevando y hacia mucho frío. Iba de trabajo, a Alberta, Canadá, a cazar un oso que el pueblo me había pedido porque estaba haciendo muchos destrozos y tenía a la gente aterrorizada. Yo era un chaval fuerte, portentoso, alto, de pelo castaño, ojos pardos y me encantaba el campo, de ahí heredé esta profesión. Cogí mi equipo y me adentré en el bosque. Todo estaba cubierto por la nieve lo que dificultaba divisar el rastro del oso. Tras una larga caminata encontré las huellas, parecían recientes y por su tamaño debería de ser un oso enorme, viejo, de gran peso y con garras portentosas. Al seguirlas me llevaron hasta una cueva, era profunda y bastante cerrada. Estaba todo muy oscuro pero al final se veía algo de luz. No tenía más opción que seguir si quería cumplir con mi trabajo. Encendí una antorcha y me adentré. Dentro de la cueva faltaba el oxígeno lo que hacía que la antorcha se apagara y yo me asfixiara. Conseguí salir de la cueva cuando…….
- ¡Qué abuelo, qué paso!
- Tranquilo Jorge, ahora sigo. Como iba diciendo salí de la cueva cuando algo rugió detrás de mí, era el oso que se encontraba encima de las rocas que tenía detrás de mí, era igual de cómo yo lo imagine, apunté con el rifle pero no me dio tiempo el oso se abalanzó sobre mí arrebatándome el rifle. Me caí al suelo, estábamos luchando cuerpo a cuerpo hasta que me propició un enorme zarpazo en la cara. Entonces saqué el machete que tenía en la cintura y se lo clavé en la barriga. El oso se puso de pie sobre sus dos patas traseras mientras rugía de dolor. Ahí tuve el suspiro para poder arrastrarme hacia atrás. En ese momento iba corriendo para abalanzarse sobre mí y cogerme con sus fauces, pero de repente empezó a temblar y a moverse la tierra. ¡Era un terremoto! Esa era mi oportunidad, fuí corriendo a por el rifle, lo cogí, estaba apuntando justamente al costado y disparé. Había fallado por la razón de que se había abierto una enorme grieta debajo del oso, que se había caído.
- Jo abuelo, es la mejor historia que me has contado nunca, la única pena fue que no te llevaste el trofeo por culpa de el terremoto.
- Si Jorge, pero gracias a el sigo vivo.

jueves, 11 de marzo de 2010

Leyenda de Apolo y Dafne

Esta leyenda va sobre Apolo (dios de los juegos olímpicos) y Dafne (una dríade de bosque).

El dios y la dríade comparten una historia de amor peculiar:
Eros (cupido), decide que quiere probar el arco de Apolo, pero aunque él le dice que no, Eros lanza dos flechas: una hirió a Dafne y la otra alcanzo el corazón de Apolo. Lo malo es que no eran dos flechas de amor; la de Apolo sí, la de Dafne no. La que le llegó a la dríade era la clase de flecha que le impide al corazón amar, por lo que, por más que Apolo se esforzara, Dafne no le correspondía. Hasta que un día, cuando el dios la perseguía, ella pidió desesperadamente a su padre, el dios del río Peneo, que, ya que Apolo amaba su belleza, destruyera su cuerpo y la salvara para siempre. Entonces sus pies se hundieron en la tierra; sobre su piel se formó una corteza; su brazos se convirtieron en ramas y sus dedos en hojas: se había convertido en un laurel.
Por esto Apolo, dios de los juegos olímpicos, prometió que en honor a Dafne, a todos los atletas que ganasen en los juegos se les entregaría una corona hecha con hojas de laurel, y lo mismo pasaría con el mejor poeta.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Historia (ejercicio 3/ pag. 106)

A mi consulta han llegado desde médicos deseosos de saber cuánto iban a cobrar por un cadáver, hasta militares preguntándome cuando será la 7º guerra mundial.

Pero lo más extraño que ha llegado a mi consulta asido una pareja formada por un perro verde (Se pasó de moda hace unos meses; ahora se llevan de color canela, como los de siglos atrás) y un hombre con los calzoncillos por encima de unas mallas (pero calzoncillos de los normales, no los de los súper héroes). La mallas eran de color sosa como su camisa, bien remetida dentro de las mallas, también llevaba una capa como la de Ramonchu (hará unos 4 siglos que no se habla de él, ya que vivía por el 2000, y estamos en el 2442; y además en España, que soy de San Petersburgo; pero se ha puesto de moda decir cosas fuera de tiempo y lugar, y yo no voy a ser menos).

El caso es que llegaron estos dos individuos, y se plantaron allí ¡Cómo si yo fuera adivina y supiera a lo que venían! Bueno, técnicamente lo soy, pero sólo una aprendiza, y no llego a tanto.

-Bien, vienes porque quieres saber cuál es la causa de tus desastres ¿me equivoco?- por suerte, leía el e-per todas la mañanas.

El súper héroe en cuestión había hecho un total de 232 fechorías, nada más y nada menos.

-Sí- contestó Ben. Su nombre artístico era "Súper Ben", pero de "Súper" no tenía ni los calzoncillos (de corazoncitos, por cierto).

-Bien- dije sin mucho entusiasmo. Miré mi ordenador, e hice como este me transmitiera la respuesta. Prefería las bolas de cristal, pero la empresa las prohibió, y ahora cargo con un "pinapple" 2 (omega)74- Tus problemas comenzaron por el perro verde- por suerte, en el e-per habían hecho un especial de sus desastres-Umm... ¿Sabes que ye no se llevan los perros verdes? Puede que la diosa de la moda te castigue lavándole la ropa. Tu primera fechoría aconteció el 22 de enero de 2441. Tu perro orinó sobre una barredora, y esta se oxidó y explotó- Ben asintió. Continué leyendo cada una de sus fechorías. Habría que destacar la 171, cuando, guiado por su perro, llegó a la sede de la mafia Peterburguesa, cuando estaban recordando cómo superaron la crisis del 2008 "Con la 3ª guerra mundial" dijo Ben nada más llegar. El perro comenzó a lamer a los presentes, que se fundieron al sentir el contacto de un ser vivo.

-¿Cuál es tu conclusión, AVampyrus?- odio mi nombre artístico: vampyrus. El jefe lo elije, y al parecer ese día estaba muy chistoso (exactamente, fue el día de la fechoría numero 121 de Ben). Vio mi foto, y dijo algo así como "Paliducha, dientes grandes, y guapita... Umm... Vampyrus"

- "Si en un lugar solitario cae un rayo ¿Cómo sabes si ha hecho ruido?"- dije, monótonamente.

-¡Pero eso no responde a mi pregunta!- dijo, consternado.

-No haber venido a "futuro y visiones (no garantizados)". Ahora, paga- dije tranquilamente. Ocurría mucho.

-No pienso pagar- dijo, obviamente furioso. El perro debió darse cuenta de ello, porque lamió todo lo que se encontró en su camino y provoco un cortocircuito.

Fechoría numero 233.

Cosas que no hay que hacer en un concierto de música clásica

En un blog llamado "las mil y una historias" (aquí), hicieron una entrada sobre cómo comportarse en un concierto de música clásica. Y yo aporté mi granito de arena:

- No te pongas a gritar, que no es un concierto de Rock del duro.
- No lleves pancartas del estilo "Te quiero, Vivaldi" o, aún peor, "Quiero un hijo tuyo, Mozart"
- No lleves Coca-Cola, que se derrama (y no hagas tampoco el experimento de los mentos)
-Los mecheritos para baladas tristes en otro momento.
- Sabemos que es un poco rollo, pero no te pongas a leer descaradamente.
- No te pongas a cotillear, ni a contar que te ha cogido de la mano, ni a dar saltitos ni grititos please.
- No te sabes las letras, así que no te pongas a intentar adivinarlas

sábado, 6 de marzo de 2010

mensaje a los que no leen

En este mundo hay mucha gente a las que les gusta leer, otras a las que no mucho, y otras a las que no quieren ni ver un libro. Bien, esto va dedicado a esas personas.Para no leer(lo que no entiendo),tiene que haber alguna razón muy buena. Además de que es muy divertido, también te ayuda con los estudios, ya que si se sabe como se escriben las palabras, te puedes defender en el campo de la lengua.Bueno espero sinceramente que, con este texto, consiga convencer a las personas a las que no les gusta leer.